GRAL. MOSCONI

General Mosconi y las personas olvidadas


La zona de Gral. Mosconi no fue incluida en este Relevamiento Sanitario pero la hemos incorporado dado la situación preocupante que encontramos y que al finalizar el operativo sanitario informamos a las autoridades del Ministerio de Salud de la Provincia de Salta y jamás tuvimos una devolución y por lo que nos cuentan tampoco ha cambiado demasiado.


El lugar del cual hablamos en este informe es el que comprende los parajes ubicados a la vera del río Tarija, límite natural entre Argentina y el Estado Plurinacional de Bolivia, jurisdicción del municipio de Gral. Mosconi – Dto. de San Martín, Salta. Zona que habitan unas 350 familias argentinas, pertenecientes en su mayoría a la Comunidad Ava Guaraní Tape Iguapegui.


Lo primero que queremos mencionar es que es increíble que un país tenga aisladas a 350 familias dentro de su territorio por no tener un camino, obligando a los habitantes de esta zona a cruzar un río y tener que transitar por territorio boliviano para luego volver a ingresar a la Argentina. Por esta razón para llegar a esta población con la ayuda sanitaria que nos habían solicitado debimos cruzar dos brazos del río Tarija y luego transitar por arenales muy complicados.


¿Qué encontramos desde el punto de vista sanitario?


Si bien el estado general de las personas atendidas es aceptable respecto a otras zonas en el norte de la provincia donde trabajamos hace nueve años, es preocupante la situación en la cual trabaja solo y asilado el enfermero de la zona -Javier Tejerina-, con quien compartimos la labor durante cuatro días. Así también el aislamiento de esta zona por falta de caminos hace que la derivación de una urgencia o emergencia sea titánica y ligada a variables que hacen que el riesgo de morbimortalidad del paciente a derivar sea realmente muy elevado.


La mayoría de los pacientes con enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión arterial, etc.) sin el abastecimiento básico de fármacos necesarios para tratar esas enfermedades.


Notamos con preocupación la falta de agua potable o sanitariamente tolerable en las escuelas fronterizas de la zona. Su color y olor es suficiente para sostener esta afirmación. 


Además de la falta de recursos en las escuelas y de los malabarismos que hacen los/as directores/as de las mismas para llevar una alimentación adecuada, entre otras cosas; hemos visto en la Escuela Finca Media Luna gran cantidad de roedores por la noche en el área de la cocina de la escuela donde hicimos base. Como Ud. sabe, la infección por hantavirus es una enfermedad viral aguda grave, que se transmite por ratones de campo, a través de su saliva, heces y orina y para la cual no existe vacuna. Los síntomas de esta enfermedad pueden ser confundidos con un estado gripal, con presencia de fiebre, dolor muscular, escalofrío, dolor de cabeza. Estos síntomas pueden acompañarse con náusea, vómito, dolor abdominal y diarrea. La presencia de roedores claramente no es por falta de limpieza, ya que es admirable la labor que realizan docentes y auxiliares.


En esta misma Escuela se pueden observar durante la noche una impresionante cantidad de murciélagos que sobrevuelan las galerías de la escuela. Como Ud. sabe, estos mamíferos hospedan muchos virus zoonóticos que causan infecciones, algunas muy graves en humanos. Desde los filovirus Ébola y Marburg, hasta el virus de la rabia, que en los Estados Unidos son la causa principal de muertes por rabia en seres humanos. También hospedan a los coronavirus que causan los síndromes agudos respiratorios como el SARS-CoV1 y CoV2 o el MERS. Sin olvidarnos de Paramyxovirus, como los virus Nipah y Hendra o distintos tipos de Influenza A. Control de plagas debería tener visitas periódicas a las escuelas de esta zona para disminuir el riesgo de contagios en los alumnos que viven toda la semana en estas instituciones, como así también de las personas que trabajan en ella y están igualmente albergadas.


Algunos temas que entendemos no son de su responsabilidad directa, pero tienen que ver con Salud Pública.


  • La escuela rancho de Baule, además de ser de madera, no cuenta con baños sino con letrinas. No cuenta con ninguna infraestructura digna y segura para que los niños de la zona, como también los docentes puedan recibir y dar educación respectivamente por lo cual dan clase en Agujón en una escuela improvisada con techo de paja y sin paredes.


  • Las instalaciones de la Escuela Finca Media Luna requieren mantenimiento, recursos y control de plagas urgentemente. Esta institución no cuenta con instalaciones básicas y seguras para cocinar los alimentos. Es admirable la labor que se realiza en esta escuela a pulmón y con escasos recursos; como así también la limpieza que se mantiene con agua no potable.


  • Tiene caños rotos o tapados; no tiene agua potable; no cuenta con sistemas para calentar agua en invierno para que los alumnos/as se puedan bañar (recordamos que es una escuela albergue donde asisten más de 40 alumnos/as).


  • El abastecimiento de energía eléctrica es con grupos electrógenos, donde no siempre hay combustible para hacerlos funcionar; y pantallas solares que requieren mantenimiento. Nuestro equipo debió cambiar los cables de alimentación del grupo electrógeno al tablero de comando que distribuye la energía a toda la escuela para que no se les corte la poca energía que tienen.


  • Si hablamos de “seguridad mínima” para esta escuela albergue, no solo deberían tener energía eléctrica para dar iluminación al lugar, sino también reparar la cerca perimetral arrumbada por la última crecida del río y que inundó la escuela. En esta zona no hay presencia de fuerzas policiales provinciales y mucho menos fuerzas federales, están a su cuenta y riesgo. Dos de las cuatro noches que pernoctamos en la escuela se podían escuchar detonaciones de armas de fuego de gran calibre y no una o dos, hablamos de más de 20 disparos consecutivos, lo cual no se trató de cazadores furtivos.


  • Finalmente le solicitamos ayuda para el enfermero que trabaja en esa zona, su trabajo es admirable y no cuenta con recursos mínimos que debería tener en el pequeño centro de salud en el que no solo atiende sino que también habita. A nuestra partida le dejamos una importante cantidad de medicamentos, pero el puesto sanitario necesita mucho más. Este profesional de la salud se moviliza en su vehículo o a caballo (prestado por los lugareños) para poder cumplir su función